¡Memorable movilización en defensa de Santa Catalina!
En las intersecciones de la Av. Garibaldi y Luzuriaga, se esperaba a los oferentes a la licitación de venta. Nadie apareció. Como vecinos organizados tomamos esa esquina y visibilizamos la gravedad de la situación.

En este día de conmemoración y dedicación, nos congregamos en un punto crucial de nuestro entorno terrestre, la intersección de la Avenida Garibaldi y Luzuriaga, en Llavallol. Junto a la Multisectorial Santa Catalina y otras entidades sociales, alzamos nuestro testimonio y presencia en contra de la amenaza sombría de la especulación.
Frente al siniestro intento de #ecocidio planificado por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), al intentar enajenar una porción de la intachable Reserva Natural Provincial Santa Catalina en un acto repudiable de comercialización, erguimos una voz unida en total rechazo. Nos postulamos como guardianes comprometidos con la salud de nuestro entorno, las generaciones venideras y el ecosistema que compartimos colectivamente.
Santa Catalina, con su gracia y vitalidad, no es posesión de unos pocos, sino un legado que engloba a cada ser que inhala su aire puro y se impregna de su esencia. Ceder ante la venta sería someter este tesoro viviente a daños irreparables, una traición a la diversidad biológica que nos maravilla, así como a nosotros mismos como custodios responsables.
Hoy, con audacia y convicción, las voces de los habitantes de Lomas de Zamora se entrelazaron para crear un frente unificado en contra de la sombra de la codicia.
En el día en que se esperaba la comparecencia de los interesados, fuimos nosotros quienes ocupamos este espacio, llenándolo con la pasión de nuestras pancartas, estandartes y mensajes vibrantes. Aunque ningún individuo se atrevió a presentar su propuesta en este territorio sagrado, nosotros lo hicimos con un propósito mucho más profundo: aumentar la conciencia, educar y reavivar la llama de la resistencia.
Caminamos juntos, recordando que somos los narradores de esta crónica, los defensores de Santa Catalina y los guardianes de su integridad. Este capítulo no llega a su fin con la ausencia de proponentes, sino que germina como el comienzo de una contienda constante. Cada paso que damos, cada palabra que compartimos, es un tributo a la naturaleza que amamos y a la comunidad que nos une.
¡Santa Catalina no será enajenada, pues su valía es incalculable! Unidos en esta causa, somos la voz de la tierra misma, clamando por justicia y sustentabilidad. El legado de Santa Catalina pervivirá mediante nuestras acciones, y la esperanza de un porvenir verde y fructífero iluminará nuestro sendero.