Hoy celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra.
Celebrado desde 1970 y reconocido por la ONU. Es imperioso que reflexionemos sobre lo que estamos conmemorando.
En un contexto de depredación del ambiente, desde 1970 a la fecha se perdieron más de 180 millones de hectáreas de bosques nativos; con altísimos niveles de contaminación, la
alerta que para el 2050 ya casi no habrá peces en los océanos y
su lugar será reemplazado por los plásticos; calentamiento global, no se estarían alcanzando las metas del Acuerdo de París del 2015; y un largo preocupante etcétera.
Todo esto que le estamos haciendo como especie al Planeta Tierra tiene un precio, muy elevado, y es su pérdida de biodiversidad. Entre otras cosas, lo que hace la contaminación es matar a millones de especies, las cuales, el extinguirse, salen del circuito de equilibrio del ecosistema, generando una pérdida de balance y ocasionando un déficit en la estructura natural de la biodiversidad.
No es casual que estemos en pandemia global, no es casual que el Coronavirus provenga de una enfermedad zoonótica. No es casual que la inmensa mayoría de los alimentos ultraprocesados que consumimos sean realmente nocivos para nuestra salud y para el medio ambiente en su proceso de elaboración.
Sabemos que gran responsabilidad le cabe a los Estados. También sabemos que todo gran cambio va de lo micro hacia lo macro. Sabemos que no podemos seguir esperando que las cosas se resuelvan. Que los Estados actúen, más nosotros no nos quedaremos de brazos cruzados como meros espectadores viendo como se destruye nuestro Hogar.
Hemos tomado la iniciativa muchas veces, más en esta oportunidad se hace urgente que seamos los reales protagonistas del cambio global. Las comunidades de base, el ciudadano de a pie, el vecino, cada individuo. Todos podemos y tenemos el deber para con la Tierra de tomar cartas en el asunto en nuestra realidad cotidiana.
Tomemos consciencia. Detengámonos un momento, ¿qué significa para nosotros que se celebre el Día internacional de la Madre Tierra?, ¿le decimos Madre?, ¿así tratamos a nuestra Madre?, ¿será solo una fecha bonita para subir estados en Ig con fotos verdes y ecológicas?, ¿estoy conforme con mi obrar en beneficio del medio ambiente?, ¿puedo dar más de mí para el bien de la Tierra y para el bien de todos?, ¿quiero dar más?, ¿voy a dar ese salto cualitativo?, ¿haré tangible ese arsenal de ideas que tengo para mejorar el mundo?, ¿cuál será mi meta de acá a 30 días?
Pasemos a la acción, en nuestras comunidades locales, en nuestros ámbitos de estudio y trabajo, donde estemos más cómodos. Involucrémonos activamente con Organizaciones Ambientales, Preguntémosles a qué se dedican, qué necesitan y cómo podemos ayudarles en su causa. Cooperemos, difundamos, movilicemos. Aportemos con lo que sabemos y podamos hacer.
¡HAGAMOS ALGO!
Seamos los verdaderos partícipes en sacar adelante a la Tierra de este caos.
Por Ella, por las futuras generaciones, por nosotros.
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