Manuel Belgrano, más allá de la creación de la bandera argentina, dejó un legado muy importante desde su pensamiento germinado a fines del siglo XVIII.
Transcribimos la entrevista a Antonio Elio Brailovsky, realizada por Periodismo Ambiental.
Antonio Brailovsky expresa que “Belgrano tenía la impronta de los fisiócratas y se enfrentaba a lo que hoy sería la doctrina monetarista: el pensamiento de los reyes que consistía en la acumulación de oro y plata como sinónimo de riqueza. En cambio, para Belgrano lo más importante era el cultivo de la tierra y de esa manera entraba en una fuerte disputa: los minerales les interesaban a los monarcas gobernantes pero a los pueblos les importaba la producción de alimentos y de esa manera expresaban intereses opuestos a los de la monarquía”, indica el historiador.
Acerca del vínculo de Manuel Belgrano con la naturaleza, Brailovsky señala que “es importante destacarlo porque la figura pública que aparece en los manuales escolares hace hincapié en su rol de General, aun sin haber sido un militar de carrera. Uno sospecha que la Primera Junta de Gobierno se lo sacó de encima mandándolo a la guerra para que no incidiera en la economía, porque la Junta respondía a los intereses de los comerciantes del Río de la Plata: Belgrano molestaba por sus ideas económicas”, opina el historiador platense.
“En la época de formación del pensamiento belgraniano había un movimiento liderado por el famoso naturalista y explorador Alexander Von Humboldt, el primer ecologista moderno que planteó, en Sudamérica, la necesidad de una mirada integradora de la naturaleza”, dice Brailovsky y agrega que “el pensamiento ecológico y ambiental de Von Humboldt fue tomado por Belgrano, pero también por Simón Bolívar en lo que ahora es Venezuela; en Colombia, Francisco José de Caldas y en Uruguay, José Artigas. Se trataba de un proyecto que implicaba el reparto y entrega de tierras a los pobres, a los negros y a los indios para que las trabajaran”.
Antonio Brailovsky, en diálogo con Sala de Prensa Ambiental
Antonio Brailovsky señala que “Belgrano planteó el primer proyecto de extensión rural en nuestro país que consistía en entrenar a los curas de parroquia -porque la iglesia era la única institución con llegada a todos los rincones del territorio- para que le enseñaran a la población a sembrar, a cultivar y a cuidar el suelo en todo el país: un modelo que el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) adoptó muchas décadas después, a mediados del siglo XX”.
Subraya Brailovsky que “las ideas de Manuel Belgrano no sólo hacían referencia a temas como la conservación de bosques y del suelo, se extendían a una protección productivista, donde la gente no debía dejar el bosque solo, sino integrarlo al sistema productivo. Parte de lo que luego hizo la Generación del ‘80, tiene que ver con lo que plasmaron un siglo después: cultivar la Pampa Húmeda, cosa que en la época colonial no estaba contemplado” y agrega que “Belgrano intentó establecer reformas desde la época del Consulado de Buenos Aires en 1794 hasta poco antes de la Revolución de Mayo de 1810, donde decía que había que cultivar la tierra protegiendo los árboles y cuidando el suelo. Si no hubiese creado la bandera lo habrían olvidado y como no podían olvidarlo, lo distorsionaron” concluye el historiador.
“Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella” Manuel Belgrano
Comments